Midiendo conductas inteligentes

Podemos medir la inteligencia desde conductas intelectivas observables. Será útil medirlas desde edades tempranas a base de códigos lingüísticos utilizados en la mayoría de circunstancias de la vida adulta y profesional: visoespaciales icónicos, verbales grafémicos, numéricos. Cuanto antes se midan, antes se podrá intervenir para potenciar su mejora en procesos de aprendizaje si se detecta algún posible hándicap.

Las conductas a medir deberán ser fiables métricamente, válidas en su definición como producto de la singular actividad inteligente humana, objetivas en su corrección, económicas y fáciles de administrar, con baremos representativos para poder comparar con las poblaciones a evaluar.